La paradoja del superviviente
La paradoja del superviviente es un error cognitivo que ocurre cuando nos centramos únicamente en las personas o elementos que "sobrevivieron" a una situación e ignoramos aquellos que no lo lograron. Este sesgo puede llevarnos a conclusiones equivocadas y, por lo tanto, a soluciones inadecuadas para los problemas que enfrentamos.
Los aviones que no volvían
Durante la Segunda Guerra Mundial, en un intento por mejorar las probabilidades de supervivencia de sus pilotos, el ejercito estadounidense decidió analizar los aviones que volvían del frente de batalla, identificando las zonas que sufrían mayor cantidad de daño, para reforzarlas y evitar que los aviones pudieran ser derrumbados por tropas enemigas. Abraham Wald, un matemático del Statistical Research Group de la Universidad de Columbia, notó una falla crucial en este enfoque: solo se podían estudiar los aviones que regresaban del frente, cuyos daños no habían sido letales. Los aviones que habían recibido daños fatales nunca volvían para ser estudiados. Por lo tanto, la verdadera vulnerabilidad de los aviones se encontraba en las zonas que aparentaban no tener daños.
Una rutina para dominarlas a todas
Los gimnasios frecuentemente muestran "casos de éxito" de personas que lograron transformaciones físicas impresionantes. Las personas mostradas en estos testimonios suelen ser aquellas que no solo completaron un programa, sino que además obtuvieron resultados excepcionales. No vemos a quienes abandonaron el mismo programa tras una lesion, por falta de tiempo, dificultades económicas o porque el programa no se adaptaba a sus necesidades específicas. Esta visión sesgada puede llevar a conclusiones erróneas sobre la efectividad real de ciertos programas de ejercicio y crear expectativas poco realistas.
Este tipo de ejemplos puede llevarnos a adoptar programas de entrenamiento inadecuados o potencialmente peligrosos, simplemente porque funcionaron para un pequeño grupo de personas con características muy específicas. Lo mismo ocurre con las dietas "milagrosas" que prometen resultados extraordinarios basados en casos aislados, ignorando a quienes experimentaron efectos adversos o simplemente no obtuvieron beneficios.
También se observa en las rutinas de sueño "optimizadas" que se popularizan de vez en cuando, donde personas promocionan patrones de sueño extremos (como dormir 4 horas por día) basándose en casos excepcionales o ficticios para justificar una filosofía forzada. Estos ejemplos ignoran la diversidad de necesidades individuales y los potenciales riesgos para la salud que estas prácticas pueden representar para la mayoría de las personas.
El silencio del fracaso
Este sesgo aparece en múltiples contextos modernos:
En el emprendimiento, cuando solo estudiamos las historias de éxito
En la medicina, cuando analizamos únicamente los casos de recuperación
En la educación, cuando nos enfocamos solo en los estudiantes que completaron sus estudios
En la ciencia, cuando solo se publican papers sobre los estudios que llegan a resultados increíbles
Como enfrentar esta paradoja
Aunque nunca podamos ser verdaderamente objetivos, y es probable que algunos factores se escapen de nuestro estudio, podemos mejorar nuestras observaciones siguiendo estos pasos:
Buscando activamente los casos fallidos: investigar no solo los éxitos, sino también los fracasos
Ampliar la muestra: examinar toda la población involucrada, no únicamente los casos destacados
Cuestionar los datos ausentes: preguntarnos "¿Qué no estamos viendo?" y analizar los datos que podrían estar ocultos o ausentes en nuestro análisis, considerando especialmente aquellos casos que no son inmediatamente visibles o que han sido filtrados por sesgos de selección
Aplicar el pensamiento "¿qué pasaría si?": imaginar escenarios alternativos y explorar diferentes resultados posibles, considerando tanto las situaciones favorables como las desfavorables que podrían surgir en distintas circunstancias
Pensar lo que nadie ha pensado
La paradoja del superviviente nos recuerda la importancia de mirar más allá de lo evidente. Para encontrar soluciones efectivas, debemos considerar tanto los éxitos como los fracasos, los supervivientes como los que no lo lograron. Solo así podremos desarrollar estrategias verdaderamente efectivas y evitar caer en conclusiones sesgadas.
La próxima vez que analices una situación, piensa: ¿Estoy viendo el panorama completo o solo a los aviones que volvieron?